Además de las oraciones, las religiosas ofrecen
su ayuno y sacrificios, y piensan que la crisis epidémica podrá resolverse
pronto
Hermanas clarisas de Mymensingh |
Las
hermanas clarisas de Mymensingh piden el
consuelo de Dios para los enfermos, médicos, enfermeros y voluntarios que
luchan contra el virus. También ofrecen ayunos y sacrificios. El aislamiento en
que viven las personas en este momento es similar a la clausura, el estado en
que ellas viven normalmente.
Al cruzar las puertas del monasterio, ubicado
a 120 km al norte de Daca, es impactante el silencio general, pero también el
canto que proviene de la capilla, dulce y triste a la vez.
La superiora
de las clarisas contemplativas, con adoración perpetua de la eucaristía), la
Madre Mary Rose, explica que sus hermanas se dedican a la oración en forma
continua, las 24 horas del día, para que el mundo pueda superar la pandemia de
Covid-19: «Rezamos con lágrimas en los ojos y alzamos las manos al Cielo.
Hemos visto
tanta gente luchando contra el coronavirus, en Italia, España, Francia, Estados
Unidos, y en tantos otros países. Con la oración, suplicamos a Jesucristo para
que salve al mundo de esta enfermedad mortal».
En Bangladés
hay dos monasterios de clarisas: uno se encuentra en Mymensingh y el otro en
Dinajpur, en el norte del país. En total, hay 34 religiosas. Cuando el Papa
Francisco visitó el país en el 2017, ellas donaron 50.000 formas para la misa
celebrada por el pontífice.
La Madre Mary
Rose subraya que ellas ruegan por todos los infectados por el
virus, pero también por los médicos, enfermeros, voluntarios y por
todos aquellos que atienden a los pacientes. «Rezamos también por los
científicos –agrega– para que pronto puedan hallar una vacuna contra el
Covid-19».
Además de las
oraciones, las religiosas ofrecen su ayuno y sacrificios, y piensan
que la crisis epidémica podrá resolverse pronto. «Dios nos está probando. La
gente se ha alejado de Dios, cometiendo pecados. Ahora es necesario convertirse.
Personas de credos diferentes están orando al Creador y viven en casa, ‘en una
clausura’, tal como nosotras vivimos todos los días. Creo que Dios escuchará
nuestras súplicas al unísono, y pronto nos consolará».
La Madre Mary
Rose nos dice que las vocaciones al monasterio están disminuyendo. En los
últimos dos años ingresó una sola joven. La diócesis de Mymensingh cuenta con
alrededor de 80.000 fieles, la mayor parte de etnia Garo.
Sumon
Corraya/AsiaNews
Fuente: InfoCatolica