Ismanto es un pintor católico de
Indonesia que ofrece sus cuadros para financiar la ayuda a víctimas del
coronavirus... y así inspira la generosidad de otros
Ismanto es un pintor católico de Indonesia |
La agencia
misionera AsiaNews ha recopilado algunas historias emocionantes de personas
pobres pero generosas, que han hecho un esfuerzo especial por ayudar con sus
donativos contra la pandemia del covid-19 y frente a la miseria que ésta genera
en Indonesia, país donde la mayoría de la población es realmente pobre
La viuda que vende bebidas
La señora Yatmi, de casi 65 años, es una viuda
humilde en Kedungjati, en la regencia de Grobogan (Java central). Vive en una
cabaña sencilla, cobra una pequeña pensión y además vende bebidas y comidas
desde su casa. A veces ayuda a cultivar arrozales o huertos. Es muy conocida en
su zona.
Recientemente entregó 1 millón de rupias indonesias (unos 62 euros) al
responsable del subdistrito local para que ayudase a las víctimas de la
enfermedad. Después, en un último impulso, añadió 200.000 rupias más (otros 12 euros).
Teniendo en cuenta que esta mujer vende sus comidas
o bebidas a un máximo de 10 rupias cada una, y que el beneficio sin duda es
menor (quizá 5 rupias de beneficio) se necesitarían 240.000 comidas para lograr ese dinero. Es
evidente que la viuda ha dado generosamente de sus ahorros de mucho
tiempo.
Una enfermera católica y su amigo
pintor
La enfermera Elisabeth Wahyu Ajar Wulan
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Elisabeth Wahyu Ajar Wulan es una enfermera
católica del Panti Rapih Hospital, el único hospital católico de Yogyakarta
(Java central). Donó todo su salario del mes de abril a los programas
humanitarios vinculados al Covid-19.
“He puesto a
disposición mi sueldo de abril – dice - porque he sabido del sufrimiento de los
jornaleros que se han quedado desempleados.”
“Me sentí impulsada a hacer esta donación siguiendo
a un amigo mío, Ismanto – que también es de Magelang – que regala sus obras de arte, pidiendo
a cambio ofrendas, para los programas humanitarios durante la pandemia". Ismanto
es un pintor originario del Monte Merapi. El también es católico.
La niña que dio sus ahorros de
dos años (casi 30 euros)
La pequeña Yasmin Saman ha donado casi 30 euros,
sus ahorros de dos años
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Luego está Yasmin Saman, una niña de 6 años, de Makassar, una localidad de la provincia de Célebes Sur. La pequeña donó todos sus ahorros, que equivalen a 448.000 IDR (casi 30 euros) para los enfermos de Covid-19. Mardiana Rusli, la madre de la pequeña Saman, dice que son los ahorros de dos años.
Por
aquellos mismos días, en el mes de abril, otras dos niñas, Taa y Usia, donaron sus ahorros con el mismo
objetivo. Juntas, lograron reunir 349.000 IDR.
El niño
discapacitado que entregó dos huchas llenas
El joven Diego Bagus Putra, de 12 años
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Otro benefactor jovencísimo es Diego Bagus Putra,
de 12 años, un niño discapacitado de la ciudad de Batam, en la isla del mismo
nombre (provincia de Riau Island).
Diego
asiste a la escuela primaria, y se vio empujado a la compasión al ver, en las
redes sociales y en la tv, que otras personas realizaban donaciones para los
programas de ayuda humanitaria frente al Covid-19.
Diego entregó dos alcancías de cartón a
la Organización de los jóvenes católicos de Batam. La madre del niño, la Sra.
Mustika, dice: “no tengo idea de cuánto dinero había recogido”.
Ella explica
que Diego es discapacitado de nacimiento. Piensa que el niño ahorró el dinero que la madre le da todos los
días para que compre algo de comer y beber cuando va a la escuela.
Fuente: ReL