Asesino de seminarista confesó que lo mató por
predicar el Evangelio a sus captores
Mons. Matthew Hassan Kukah expreso: «Michael y los otros creyentes son
metáforas de la Iglesia sufriente en África, ellos inspirarán una nueva
generación de defensores del Evangelio en un continente atribulado y enfermo».
Mons. Matthew
Hassan Kukah, Obispo de
Sokoto, Nigeria, expresó su admiración por las virtudes de Michael Nnadi,
un joven seminarista secuestrado y asesinado en el mes de enero. Las
circunstancias de su muerte se han conocido tras el arresto de 3 hombres
acusados por el crimen.
Uno de los sospechosos afirmó que el seminarista fue asesinado porque no
cesaba de predicar a sus captores. El joven los invitaba insistentemente a
«arrepentirse y transformar su vida lejos de sus malos caminos», relató el
prelado a CNS. «Lo que más les molestó es que, aunque Michael sabía que eran
musulmanes, insistía en que se arrepintieran y abandonaran su estilo de vida».
Michael Nnadi,
símbolo de la Iglesia sufriente
Nnadi era uno de los 4 seminaristas secuestrados tras un ataque al
Seminario del Buen Pastor en Kakau. 1 de los secuestrados fue liberado 10 días
después en mal estado de salud. 3 seminaristas fueron liberados el 01 de
febrero, pero Nnadi había sido asesinado durante el mes de cautiverio.
El Obispo explicó que en el norte de Nigeria se ha difundido una imagen
de la Iglesia asociada a los estados coloniales. Esta representación desfigura
el papel de la Iglesia y promueve la división entre cristianos y musulmanes. La
misión de la Iglesia ha sido vista en el pasado como «una intrusión en el
espacio sagrado del Islam» y se ha mantenido en la región islámica del país una
exclusión de los cristianos.
«Los musulmanes se siguen casando con jóvenes cristianas y las aceptan»,
explicó Mons. Kukah, ya que se impone su conversión al Islam. Al contrario,
«las jóvenes musulmanas reciben la advertencia de que casarse con un cristiano,
o que cualquier musulmán se convierta al cristianismo, equivale a una sentencia
de muerte».
Casos como el de Michael Nnadi, Bolanle Ataga, Leah Sharibu y otros
creyentes «son metáforas de la Iglesia
sufriente en África», concluyó el Obispo. «Su testimonio
representa el oxígeno espiritual que nuestros pulmones necesitan con urgencia
hoy. Ellos inspirarán una nueva generación de defensores
del Evangelio en un continente atribulado y enfermo».
Con información
de Catholic Herald.
Fuente:
Gaudium Press/InfoCatolica