Con este nuevo golpe de Estado, sucedido el martes 18
de agosto, la religiosa palentina ya es el cuarto que vive desde que se
encuentra en el país
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Mercedes
Cuadrado con una de las alumnas del centro de formación de mujeres.
Foto
cedida por las Hermanas del Ángel de la Guarda
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Malí
sufrió este martes el cuarto golpe de Estado desde su independencia. «La
situación está tranquila» y «nos encontramos bien. El golpe de Estado ha sido
bastante sosegado, no ha habido muertos ni grandes altercados», asegura la
hermana Mercedes Cuadrado, que lleva 53 años en el país, a Alfa y Omega.
Mercedes Cuadrado es
religiosa de la congregación de Hermanas del Ángel de la Guarda. Nació en el
pueblo palentino de Buenavista de Valdavia, pero lleva ya 53 años de misionera
en Malí. Concretamente, vive en la localidad de Bamako, donde «tenemos un centro
de salud y un centro de formación para las mujeres» y ambos se encuentran
situados en barrios periféricos de la capital maliense. «También colaboramos en
la parroquia», asegura.
«En el centro de salud
atendemos a diario a muchísima gente. Tenemos varios médicos y se realizan más
de 200 consultas al día. Está abierto siempre, por el día y por la noche»,
explica Cuadrado. «El centro de formación, sin embargo, ahora lo hemos tenido
que cerrar por el coronavirus, aunque esperamos poder abrirlo dentro de algunas
semanas».
Tranquilidad tras el golpe
Con este nuevo golpe de
Estado, sucedido el martes 18 de agosto, la religiosa palentina ya es el cuarto
que vive desde que se encuentra en el país. Todos se han perpetrado un martes.
La costumbre es quizá el motivo por el que su voz suena serena al otro lado del
teléfono. También porque «la situación está tranquila» y «nos encontramos bien.
El golpe de Estado ha sido bastante sosegado, no ha habido muertos ni grandes
altercados», asegura en conversación con Alfa y Omega.
Cuadrado no utiliza la
palabra necesario para referirse al golpe de Estado, y mucho menos justifica lo
ocurrido, pero sí confiesa que «Malí necesitaba algo que cambiara la situación.
Hay muchos problemas, de corrupción, de seguridad, de educación, de salud... En
fin, lo más importante no funciona bien».
Ahora, «hay que esperar un
poco para ver cómo se van organizando las cosas». De momento, «la gente está
acudiendo a sus puestos de trabajo» y esta tarde, a las 15:00 horas, se ha
convocado una manifestación pacífica para apoyar los cambios que se están
produciendo», concluye la hermana del Ángel de la Guarda.
Yihadismo, el principal
problema
El padre José Morales, de
los Sociedad de los Misioneros de África –más conocidos como «padres blancos»–,
ha pasado cerca de 40 años en Malí, desde 1969 hasta 2011. Allí «sobre todo me
he dedicado a la reconciliación, a crear comunión. Muchas familias y pueblos
venían a la misión a pedirnos ayuda para lograr la paz». Pero hace algunos
años, «vine a operarme de una hernia inguinal y aquí me nombraron provincial de
los padres blancos en España».
Sin embargo, «todavía estoy
en permanente contacto con los misioneros que están en el país. Me dicen que
todos están bien y que no hay ningún problema. El tráfico es normal y la gente
está acudiendo a su puesto de trabajo. La Junta Militar ha ordenado que todo el
mundo continúe trabajando», asegura Morales.
El padre blanco coincide
con Mercedes Cuadrado en que «ha dolido en el ámbito eclesial que el cambio de
Gobierno se produzca por un golpe de Estado», pero «lo que propone la Junta
Militar parece muy razonable», afirma el religioso. «Proponen un Gobierno de
transición muy breve para llegar a la democracia y que se pueda elegir a un
nuevo presidente del Gobierno que sea civil, no militar».
El nuevo presidente,
concluye el padre José Morales, «tendrá como principal reto combatir el yihadismo,
que está abocando a una pobreza total a la población». «Cuando los terroristas
aparecen, la gente huye y no se pueden sembrar los campos». Antes de cortar la
comunicación, el religioso pide a Alfa y Omega recordar a la hermana misionera
colombiana Gloria Cecilia, «que fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 y no se
tienen noticias de su paradero. Los yihadistas la tienen como enfermera».
José Calderero de Aldecoa
Fuente: Alfa y Omega