El gobierno chino destruye o reconvierte numerosas
iglesias católicas
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Dominio público |
Con el objetivo de que los católicos no registrados se
unan a la Iglesia patriótica oficial, las autoridades de toda China acosan a
las congregaciones y a los miembros del clero.
El acuerdo entre el
Vaticano y China del 2018 no ha logrado «los fines espirituales y pastorales
propios de la Iglesia, es decir, sostener y promover el anuncio del Evangelio,
así como alcanzar y mantener la plena y visible unidad de la comunidad católica
en China», tal y como esperaba el Papa al dirigirse a los católicos de China
tras la firma del acuerdo provisional.
En lugar de ello, los
sacerdotes y las congregaciones que se niegan a unirse a la Asociación Patriótica
Católica China (APCC) son severamente reprimidos y controlados, haciendo caso
omiso de las Directrices del Vaticano del 2019 que, si bien permiten que los
católicos se unan a la APCC, piden que los que se nieguen a hacerlo por razones
de conciencia sean «respetados». Las persecuciones parecen intensificarse antes
de la renovación del acuerdo, el cual expira en el mes de septiembre.
En el mes de abril, las
autoridades locales se apoderaron de una casa de oración católica emplazada en
la aldea de Changpojiao del condado de Jianshui, en la provincia suroccidental
de Yunnan, y demolieron su Sala de la Virgen María.
Previo a la demolición, la
policía destruyó todas las imágenes y símbolos religiosos existentes en la
misma y amenazó con golpear al que intentara detenerlos. Dos meses después, en
el lugar que ocupaba la sala se construyó un centro para bodas y funerales.
«Solíamos rezar y cantar
himnos en la sala, pero ya no podemos hacerlo porque el Gobierno la ha
destruido», afirmó un católico de la aldea.
«El Gobierno reconvirtió la
casa de oración porque nos rehusamos a unirnos a la APCC», comentó otro
católico. «Varios sacerdotes y monjas solían venir aquí a menudo, pero desde
que el Gobierno comenzó a enviar personal para vigilarnos e informar sobre las
visitas, ya no se atreven a visitarnos».
La casa de oración fue
construida en el año 2011 gracias a donaciones, cuyo monto ascendía a 120 613
yuanes (aproximadamente 17 430 dólares). Además de la Sala de la Virgen María,
también tenía un salón para cantar himnos y una sala de visitas.
El Gobierno también se
apropió de la Escuela Primaria Dominic y del embalse de la aldea, llamado
Shengjiaquan (Manantial de la Sagrada Familia). Ambos fueron construidos
utilizando el dinero donado por la Escuela San Pablo y la Escuela Sagrada
Familia de Macao.
Placa de reconocimiento de
donantes en la cual se deja saber que la Escuela Primaria Dominic y el embalse
Manantial de la Sagrada Familia fueron construidos gracias a donaciones
procedentes de Macao.
El Gobierno cambió el
nombre de la escuela a Escuela Primaria de Changpojiao y reemplazó el nombre
del embalse con un letrero que dice «Punto de extracción público».
El nombre del embalse
«Manantial de la Sagrada Familia» fue reemplazado por un letrero que dice
«Punto de extracción público».
En el mes de julio, agentes
de policía visitaron los hogares de varios católicos del poblado de Miandian,
en el condado de Jianshui, alegando que estaban registrando a los residentes de
los hogares. En lugar de hacerlo, destruyeron imágenes de la Virgen María, de
Jesús y cruces, y amenazaron con arrestar a los que se resistieran.
En la diócesis de Mindong,
situada en la provincia suroriental de Fujian, los sacerdotes que se niegan a
unirse a la APCC han sido sometidos a severas represiones. El 24 de junio, una
casa de oración emplazada en la aldea de Dingtou, administrada por el poblado
de Xiabaishi de la ciudad de Fu’an, recibió un aviso de demolición procedente
del Gobierno del poblado, en el cual se afirmaba que el lugar era una
«construcción ilegal» y se le exigía a la congregación que lo demoliera en un
plazo de dos días.
Unos días después, más de
30 miembros del personal de la Agencia de Seguridad Pública de la ciudad y de
otras instituciones estatales irrumpieron en la casa de oración para demolerla.
Un católico local recordó que el día de la demolición, varios ancianos
feligreses se arrodillaron frente al lugar acordonado, rogando entre lágrimas
que no lo demolieran. «Allí no hacemos otra cosa que cantar himnos», gritaban
los ancianos.
A principios de mayo, el
Gobierno del condado de Minqing en Fuzhou, la capital de la provincia de
Fujian, ordenó demoler un hogar de ancianos administrado por una iglesia
católica local. El sacerdote del lugar fue obligado a unirse a la APCC el 9 de
junio.
Una iglesia
católica emplazada en el municipio de Pingding, administrado por el distrito de
Yujiang de Yingtan, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia
suroriental de Jiangxi, fue reconvertida en noviembre del año pasado. El lugar,
construido en el año 1925, y el cual podía albergar hasta 50 creyentes, ha sido
convertido en un centro de entretenimiento donde los residentes se reúnen para
jugar al mahjong y a las cartas o para bailar.
Un creyente local afirmó que, antes de reconvertir la iglesia, los
funcionarios le habían exigido a la congregación que se uniera a la APCC.
«Quieren que escuchemos a los sacerdotes designados por la APCC y nos exigieron
obedecer al Partido Comunista», comentó el creyente. Entre los meses de marzo y
abril, varios funcionarios locales se presentaron en los hogares de los
creyentes para reemplazar las imágenes religiosas existentes en los mismos por
las de Mao Zedong.
«Nuestros antepasados también eran católicos, pero el Gobierno ahora nos
prohíbe cantar himnos», le dijo una católica local de aproximadamente 60 años a Bitter Winter.
Otro creyente, un hombre de aproximadamente 40 años, añadió que, en
China, las personas de fe son perseguidas cada vez más severamente. «Se está
volviendo a los tiempos de la Revolución Cultural», afirmó el hombre. «No
tenemos más remedio que practicar nuestra fe en nuestros hogares. Cuantos más
arrestan, más cantamos himnos. No podemos renunciar a Dios, pase lo que pase».
Ling Tian
Fuente: Bitter Winter