Algunas
preguntas y respuestas sobre el conflicto del lago Chad y Boko Haram
En
lo que llevamos de 2017, ya son 27 los niños que han sido utilizados para
ataques bomba suicidas en la zona del lago Chad. Bajo el título Silent
Shame (Vergüenza silenciada), UNICEF ha
publicado un informe que pone voz a los niños, jóvenes y adolescentes
capturados por Boko Haram.
El
objetivo, abrir los ojos del mundo para conseguir apoyos que acaben con esta
situación y que consigan lo que los hashtags #EndViolence y
#BringBackOurChildhood piden.
Los
datos ocupan portadas. Las imágenes inundan televisiones y dispositivos. Las
denuncias desbordan las redes sociales. Los periodistas comunican las
atrocidades que se están viviendo en la zona del lago Chad, en África. Entre
miles de titulares, ¿la sociedad entiende la gravedad de la situación? ¿Cómo se
ha llegado a ella? Presentamos algunas claves:
¿Dónde está pasando?
En
la cuenca del lago Chad, en África Occidental, en zonas de Nigeria, Chad, Níger
y Camerún.
¿En qué contexto?
Desde
hace ocho años, la crisis provocada por la sequía se acentúa con la gravedad
del conflicto que provoca Boko Haram y las operaciones militares para
combatirlo.
Según Óscar
Mateos, investigador del CIDOB especializado
en África, “hablamos de una región que sufre problemas muy de fondo”. Se trata
de desigualdad, pobreza, impacto del cambio climático, bajo desarrollo humano,
etc. “Además la zona ha visto agudizada su situación desde el inicio de la
ofensiva de Boko Haram”, explica el experto. La acción empezó en la zona
noreste de Nigeria y se ha extendido al conjunto de la región. “Hay millones de
desplazados y una situación de inseguridad generalizada. Para Mateos, “la
crisis humanitaria es de grandes dimensiones”.
¿Qué es Boko Haram?
Se
trata de un grupo yihadista que ya ha acabado con más de 20.000 vidas. En sus
ataques secuestran a menores para utilizarlos como mano de obra, guerreros,
herramientas en ataques suicidas o, en el caso de las niñas, para hacerlas sus
esposas y abusar sexualmente de ellas.
¿Quiénes son las niñas de
Chibok?
Hace
justo tres años el grupo terrorista secuestró a 276 niñas en la localidad de
Chibok, en Nigeria. A día de hoy, sólo algunas de ellas han podido huir y dar
testimonio del horror que sus compañeras todavía están viviendo. Algunas hasta
han quedado embarazadas de sus secuestradores. A pesar de la repercusión
mediática de esta acción, el informe de UNICEF destaca que los secuestros se
daban antes y se han dado después del episodio de Chibok.
Mateos
subraya que estas tácticas son ciertas, y reitera que “Boko Haram recluta
forzosamente a niños para hacerlos explotar en mercados y otros lugares”. Sin
embargo, el investigador afirma que “se trata de un hecho invisibilizado y sólo
mediatizado en ciertos momentos”.
¿Qué cifras se desprenden
del informe?
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27 menores de edad han sido utilizados para realizar atentados desde el mes de
enero. Desde 2014, ya son 117.
●
El 80% de los menores utilizados para estos actos eran niñas.
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20 millones de personas de la región están afectadas por el conflicto.
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Más de 2,6 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse.
¿Qué les pasa a los niños
liberados?
El
portavoz de UNICEF, Philippe Barragne-Bigot, destaca en El País que
sus vidas no son fáciles. En muchos casos, como el mismo informe indica con
testimonios reales, estos pequeños viven bajo la duda de a qué nivel están de
adoctrinamiento y de si han llegado a actuar en favor del grupo terrorista.
Algunos no vuelven a ser aceptados por sus familias. Marie-Pierre Poirer lo
explica también en el comunicado de prensa que presentaba el informe.
¿Por qué se utilizan niños
para estos ataques?
“Se
trata del acto de crueldad más grave registrado contra la infancia”, explica
Poirer y no tienen justificación ni respuesta alguna. UNICEF publica los datos
para conseguir concienciar a la población. “Es un estudio que hacemos cada año,
porque creemos que hay que seguir recordando este drama”, señala Philippe
Barragne-Bigot, representante de la organización en Chad, en la mencionada
publicación.
Miriam Díez Bosch
Fuente:
Aleteia