La
lucha de los misioneros por la promoción de la mujer en Bolivia
La
nueva entrega en TRECE TV de Misioneros por el Mundo será el próximo domingo 25
de febrero, a las 13 horas (después de la Misa). En esta ocasión conoceremos el
trabajo de tres misioneros españoles en Santa Cruz, uno de los municipios
más pobres de Bolivia a pesar de cierta pátina turística y engañosa.
Allí
se encuentran desde hace años dos misioneras, una de Cuenca, Mari Luz Almendros
Pasantino y otra de Torrent (Valencia), Mª José Velert; y el misionero Jesús
Bravo Moreno, sacerdote diocesano de Palencia. En Santa Cruz, la luz del
Evangelio que llevan los misioneros ilumina también la situación de la mujer
boliviana, que sufre todavía las consecuencias de un férreo machismo.
Mari
Luz Almendros Pasantino, pertenece al Instituto Secular Cruzada Evangélica.
Cuando escuchó por primera vez a un misionero dijo: “yo quiero algo así”. Y
dese hace 50 años está entregando su vida en Bolivia. A través de
Mari Luz, el Señor ha vuelto a obrar en Santa Cruz un milagro como el de la
multiplicación de los panes y los peces: de un hospital de 2 camas se ha pasado
a un hospital-maternindad de 110 camas, que la misionera dirige en la
actualidad. Y la pequeña escuelita que comenzó en 1974 se ha convertido hoy en
un colegio de referencia con 2.700 alumnos.
A Mª
José Velert, la sorprendemos trabajando con los ancianos en la Parroquia San
Agustín. Allí se sienten valorados, queridos y estimulados. Esta laica
misionera, también visita las humildes casas del barrio Plan 3000, en algunos
casos llevando medicina y comida. En este barrio ‒ uno de los más
pobres de Sudamérica‒, la misionera imparte
talleres para promocionar a la mujer. El objetivo es ayudarles a recuperar su
dignidad y autoestima, en muchos casos mermadas por la violencia física
y verbal.
El
último misionero que nos presentará este programa es Jesús Bravo Moreno,
párroco de San Agustín en Santa Cruz. Este sacerdote, perteneciente a la OCSHA,
nos muestra una de las cuatro guarderías que creó en el barrio Plan 3000 para
evitar la desnutrición de los niños y proteger a los que se quedaban solos en
casa cuando las madres ‒abandonadas por sus
maridos‒ salían
a trabajar.
Fuente:
OMP