El
Pontífice saludó con afecto a los jóvenes cubanos con ocasión de la II Jornada
Nacional de la Juventud
Foto de archivo |
El
Obispo de Santiago de Cuba, por su parte, expresó que la prohibición del
gobierno, hace una semana atrás, de celebrar en espacios públicos la JNJ los ha
ayudado a "descubrir las propias capacidades" y a "saber sortear
las dificultades"
A
través del Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, el Papa Francisco
envió un mensaje a los jóvenes cubanos con ocasión de su II Jornada Nacional de
la Juventud que se celebra con el tema “He aquí la sierva del Señor, hágase en
mí según tu Palabra”.
Virgen de la Caridad del
Cobre proteja a todos los cubanos
Además
de saludar con afecto a los organizadores y participantes, los animó a que
“siguiendo con decisión el ejemplo de la Virgen María, Sierva fiel del
Señor, experimenten el júbilo de haber encontrado a Jesucristo y, como testigos
de su resurrección, estén dispuestos a dejarse transformar en discípulos
misioneros, para que muchos jóvenes puedan descubrir la presencia del Señor
Jesús, escuchar su llamada, crecer en su amistad y llevar así una existencia
fundada en su fidelidad y misericordia”. El Papa Francisco rogó a Dios, por
intercesión de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre que “proteja con su
amor infinito a todos los cubanos, acompañándolos en todos los momentos de su
vida, y les imparte con alegría la implorada bendición apostólica como símbolo
de copiosas gracias divinas”.
Jóvenes: Dios tiene un
plan para cada uno
Por
su parte, al iniciar esta jornada, Monseñor García Ibáñez, deseó en su mensaje
que la celebración de esta II JNJ ayude a los jóvenes “a descubrir que Dios
tiene un plan de salvación” para cada uno de ellos, algo que sólo podrán
encontrar “desde la generosidad, el compromiso y la búsqueda seria y sincera de
la Vocación a la que el Señor les llama”.
El
prelado también se refirió, no sin pesar, al cambio de planes relativo a las
celebraciones de esta segunda JNJ, que estaba prevista en sus inicios en
Santiago de Cuba, y que habría contado con la fervorosa peregrinación hasta el
Santuario de El Cobre, casa de la Patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad. Tal
como informó el obispo, debido a “la cambiante situación económica, la
inseguridad en los servicios y el alto costo de los mismos”, se debió
reorientar la organización de la JNJ, con la realización de una celebración en
cada diócesis, en lugar de un único y masivo encuentro que habría debido prever
el traslado de los jóvenes.
No se autorizaron eventos
de la JNJ en algunos espacios públicos
El
Obispo de Santiago explicó que tras los regulares cambios de planes, hace una
semana se tomó la decisión oficial de “no autorizar ningún evento celebrativo
fuera de los templos durante la II JNJ en ninguna de las nuevas sedes,
exceptuando Santiago de Cuba”. Y lamentó, haciéndose eco de todos los obispos,
que de este modo quedasen suspendidos “la celebración pública del Viacrucis y
de la Peregrinación a un Santuario Mariano que se iba a realizar en el programa
de la JNJ en cada diócesis y para lo cual ya se habían realizado con antelación
los trámites requeridos”.
“Es
natural la inicial frustración ante una medida que no se comprende, pero
sabemos por experiencia que también en la vida espiritual y en la vida cristiana,
las dificultades y obstáculos siempre estarán presentes. Ante esta realidad, el
Señor Jesús nos enseñó que del camino de la Cruz surge la Esperanza. Él se nos
adelantó y nos dio el ejemplo, cargándola por nuestros desalientos e
infidelidades. El triunfo es el del Resucitado”, aseguró sin embargo Monseñor
García Ibáñez.
Descubrir las propias
capacidades y saber sortear las dificultades
“Estas
situaciones – añadió – inesperadas y no deseadas, nos han llevado a empeñarnos
aún más en el logro de los objetivos iniciales y a descubrir la presencia de
Dios en los acontecimientos”. De hecho el obispo constató que “ya se han
producido frutos abundantes”: "La experiencia vivida - dijo - nos reafirma
que los eventos no son lo más importante”, pues “éstos pueden fallar”. "Lo
importante - señaló - es el proceso realizado y el logro de los objetivos
propuestos”. Es decir, “lo esencial”.
Mons.
García Ibáñez expresó que esta situación ha ayudado a descubrir las “propias
capacidades y carencias”, así como “la creatividad para saber sortear las
dificultades pasando por encima de ellas”, sin dejarse “aplastar por las
mismas”. También “la capacidad de trabajar en equipo, de integrar a grupos y
personas muy diferentes entre sí; la toma colegiada de decisiones y el compromiso
con las mismas y, así, muchas otras”, enunció el obispo.
Casi
en el final del mensaje sugirió a que en cada una de las celebraciones de esta
II JNJ “se tenga en cuenta a las otras diócesis pidiendo por ellas,
especialmente por los jóvenes que, unidos en mismo espíritu, pero en la
distancia, están también celebrando la alegría de ser jóvenes discípulos del
Señor”.
Griselda
Mutual - Ciudad del Vaticano
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