La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal
Española ha aprobado una nueva partida destinada a los proyectos que sostiene
el Fondo Nueva Evangelización en todo el mundo
Foto: CEE |
Hace unos días se dio a conocer la segunda partida de la CEE con destino a
este Fondo, con lo que este año serán 220 los proyectos beneficiados con
2.030.500 euros. «Este año hemos recibido menos peticiones, quizá porque la
pandemia ha hecho que la gente esté trabajando por paliar necesidades más perentorias;
y también ha influido la dificultad para realizar algunos tramites que
precisamos para la concesión de las ayudas», asegura Martínez Sáez.
Normalmente, son los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas,
parroquias y otras comunidades las que realizan la petición a la Oficina de la
CEE. Los proyectos deben tener una identidad católica, y para su aprobación se
siguen ciertos criterios: debe haber un fin pastoral y no constituir un gasto
ordinario, sino más bien extraordinario; la comunidad debe tener necesidad de
ese proyecto y se valora también el alcance que pueda tener en cuanto al número
de beneficiarios. «Nosotros ayudamos en la medida de nuestras posibilidades
–afirma Martínez Sáez–, pero a veces tienen que buscar una financiación complementaria».
Normalmente, cada año se atiene a la mitad de los proyectos, «y los que se
quedan fuera es porque no cumplen los requisitos formales, pero intentamos
llegar a la mayoría».
En cuanto al tipo de proyectos, más del 50 % están dirigidos a la construcción,
«por ser un ámbito que normalmente encuentra difícil financiación y que es
absolutamente necesario. Para celebrar la Misa o tener la catequesis hace falta
un techo». Y si al principio la mayor parte de las iniciativas
financiadas provenían de América, por la numerosísima presencia de
misioneros españoles, este año la mayoría de las partidas ha ido para África.
«Se ve que la gente nos va conociendo», asegura el responsable de la Oficina
del Fondo de Nueva Evangelización. Además, una de las características de esta
iniciativa es que «no la cerramos exclusivamente a los misioneros españoles»,
cuando en otros países este tipo de fondos se destina prioritariamente al clero
nacional.
Otro elemento característico es la implicación de los obispos españoles,
que financian la mitad de las partidas, mientras que otro 25 % procede de las
diócesis. Eso quiere decir que tres cuartas partes de su presupuesto depende de
la generosidad de los obispos. «Es un porcentaje muy grande comparado con el de
otros países», asegura Juan Martínez Sáez.
El resto procede de congregaciones, monasterios y particulares, pero las
previsiones del director del Fondo es que «con la pandemia vamos a ver
reducidos nuestros ingresos. Es normal, hay ahora muchas urgencias y
necesidades». Por eso hace una llamada a la colaboración de particulares e
instituciones, recordando que «en otros países hay también muchas urgencias.
Hay muchas comunidades cristianas que necesitan nuestra ayuda».