Los ojos ven más allá del corazón cuando se
descubre que se puede amar a los demás como lo hizo Jesús a través de pequeños
gestos.
Ser misionero supone abrir los ojos, los
oídos para descubrir la necesidad y poner un rayo de luz donde más se necesita.
Así con pequeños gestos, pequeñas velas en la
vida de otros, los alumnos concepcionistas buscamos ser luz. Y comenzamos cada
día, desde la oración por las necesidades del mundo, en especial por los más
necesitados, por los que no conocen la luz de Jesús, para que con nuestra
plegaria, Dios lleve algo de luz a los corazones tristes, solos, enfermos.
También a través de nuestra solidaridad con
la ONG Siempre Adelante ayudamos a nuestros hermanos de Morichalito en Venezuela
con el Apadrinamiento de un niño o una niña en el que colaboramos todas las
clases para que puedan comer y recibir ayuda para poder ir al colegio a
aprender como nosotros.
Y lo más importante, en casa, con la familia
hemos aprendido a ser luz con nuestras actitudes de amor, de comprensión,
alegría y también con nuestro pedir perdón cuando se nos olvida que somos luces
y se nos apaga la mecha; pero no importa, acudimos a Jesús y mirándole de nuevo
se nos ilumina el corazón y volvemos con ilusión a ayudar a nuestros padres, hermanos, abuelos.
En el cole los profesores nos hablan durante
las Navidades de ser estrellas para los demás. Nos gusta participar en la
Campaña de Sembradores de estrellas, aunque a veces nos da vergüenza, la verdad
es que felicitando la Navidad, descubrimos que la Luz de la estrella de Belén
llega a nuestro corazón y al de muchas personas. ¡Gracias Jesús por traernos el
Amor en Navidad!
En clase de Religión también recibimos la Luz
d e Jesús, conocemos su vida y su mensaje y así aprendiendo de él somos más
felices.
Hemos participado con mucha ilusión en el
Concurso de Cuentos de Infancia Misionera que este año nos proponía OMP
Infancia Misionera y qué alegría poder con nuestro esfuerzo y dedicación hacer
llegar la luz de la solidaridad misionera a muchos niños y niñas como nosotros.
Poner imaginación a nuestros deseos e
inquietudes y hacer llegar la Buena Noticia de Jesús en nuestras palabras, nos
llena de inmensa alegría por poder ser sus ojos y sus oídos.
Sólo nos queda seguir animando a todos a ser
antorchas de la presencia de Jesús como misioneros en vuestro en torno. Ser
mensajero de la Luz de Jesús para cada corazón con gestos y con palabras.
Gracias por todas las personas que nos ayudan
a seguir creciendo como niños misioneros.