“Por
aquellos que están agobiados, especialmente los pobres, los refugiados y los
marginados, para que encuentren acogida y apoyo en nuestras comunidades.”
En
su Carta apostólica “Misericordia
et misera”, al concluir el Jubileo de la Misericordia, el Papa
Francisco recordaba cómo debemos mirar a nuestros hermanos necesitados:
“Miremos fijamente también a Jesús en el Gólgota. El Hijo de Dios está desnudo en la cruz; su túnica ha sido echada a suerte por los soldados y está en sus manos; él ya no tiene nada. En la cruz se revela de manera extrema la solidaridad de Jesús con todos los que han perdido la dignidad porque no cuentan con lo necesario.
“Miremos fijamente también a Jesús en el Gólgota. El Hijo de Dios está desnudo en la cruz; su túnica ha sido echada a suerte por los soldados y está en sus manos; él ya no tiene nada. En la cruz se revela de manera extrema la solidaridad de Jesús con todos los que han perdido la dignidad porque no cuentan con lo necesario.
Si la Iglesia está llamada a ser la ‘túnica de
Cristo’ para revestir a su Señor, del mismo modo ha de empeñarse en ser
solidaria con aquellos que han sido despojados, para que recobren la dignidad
que les ha sido arrebatada. ‘Estuve desnudo y me vestisteis’ implica, por
tanto, no mirar para otro lado ante las nuevas formas de pobreza y marginación
que impiden a las personas vivir dignamente.
No tener trabajo y no recibir un salario justo; no tener una casa o una tierra donde habitar; ser discriminados por la fe, la raza, la condición social…: estas, y muchas otras, son situaciones que atentan contra la dignidad de la persona, frente a las cuales la acción misericordiosa de los cristianos responde ante todo con la vigilancia y la solidaridad. Cuántas son las situaciones en las que podemos restituir la dignidad a las personas para que tengan una vida más humana.
Pensemos solamente en los niños y niñas que sufren violencias
de todo tipo, violencias que les roban la alegría de la vida. Sus rostros
tristes y desorientados están impresos en mi mente; piden que les ayudemos a
liberarse de las esclavitudes del mundo contemporáneo. Estos niños son los
jóvenes del mañana; ¿cómo los estamos preparando para que vivan con dignidad y
responsabilidad? ¿Con qué esperanza pueden afrontar su presente y su futuro?”.
Fuente; OMPRESS
Fuente; OMPRESS