Una vez
que has entregado tu ayuda para los misioneros y el Domund, ¿qué ocurre con tu
dinero? ¿Cuál es el camino que sigue hasta llegar a las misiones? Acompáñanos
en el viaje del recorrido de tu euro misionero
Primera fase: a
disposición del Papa
En
el día del Domund, se recaudan los donativos generosos de las
personas por toda España, a través de los colegios, parroquias, congregaciones,
residencias…. Estas ayudas se envían, a través de las diócesis, a la Dirección
Nacional de Obras Misionales Pontificias, que está en Madrid.
Una
vez cerrado el ejercicio económico, se suma todo lo aportado por las
diócesis y las donaciones hechas por otras vías (web, herencias…), y se informa
al Papa Francisco de la suma disponible. El destino de las ayudas no
se decide desde España, sino que es el Papa el que decide a través de la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos –el dicasterio encargado del
sostenimiento de los Territorios de Misión- y de Obras Misionales Pontificias
Mundial.
Este
mismo procedimiento tiene lugar en los 140 países de todo el mundo en los
que tiene presencia Obras Misionales Pontificias, donde también se organizan
las colectas del Domund – incluidos los países pobres-. Aunque el dinero
permanece en cada país, simbólicamente todas las aportaciones se suman y forman
el Fondo Universal de Solidaridad, que se pone a disposición del Papa.
En
mayo y noviembre, los directores nacionales de Obras Misionales Pontificias de
todo el mundo se dan cita en Asamblea General para estudiar las
peticiones de ayudas recibidas –todas tienen que estar avaladas por el obispo
local- y decidir qué proyectos se pueden financiar con el dinero disponible en
el Fondo Universal de Solidaridad.
¿Cuál
es el criterio? El 55% se distribuye equitativamente entre los 1.103
Territorios de Misión para gastos ordinarios de las misiones. Es
decir, todas estas diócesis reciben una cantidad semejante para sostener su
funcionamiento cotidiano: sostenimiento de misioneros, gastos corrientes de
luz, gasolina, etc. Posteriormente, el 35% del dinero restante se va
repartiendo en proyectos extraordinarios de evangelización y
desarrollo integral. La idea es no financiar por completo ningún proyecto, sino
que se apoya las iniciativas locales en las que la comunidad está previamente
implicada. Un 10% se guarda para posibles emergencias.
Segunda fase: Llegada a
la misión
Una
vez aprobados los proyectos que van a ser financiados, desde Roma se dan
instrucciones a cada país sobre dónde tienen que enviar sus ayudas. Por
ejemplo, a OMP Colombia se le indica que ayude a los proyectos de India, Ghana
y Zimbabwe. O a OMP España que apoye a las Iglesias de Nigeria, Bangladesh… Las
trasferencias se hacen vía nunciatura, y se exige un acuse de recibo, y un
informe posterior que acredite cómo se ha gastado el dinero.
Con
las ayuda del Domund se vive la universalidad, no solo como inspiración, sino
también en la práctica. Todas las Iglesias del mundo cooperan y se ayudan
mutuamente. La Iglesia es así una gran familia en la que todos aportan al
sustento común –cada uno desde sus posibilidades-, y después se ayuda a las
necesidades de los más pequeños.
Conoce
alguno de los proyectos financiados por OMP España el año pasado: https://www.omp.es/proyectos/
Fuente:
OMP