“Los extremistas llegan en
un pueblo de noche, por sorpresa, y matan y queman todo lo que se mueve”,
dijo, y amenazan con que seguirán actuando así hasta que todos “se conviertan y
sean musulmanes”
El
sacerdote africano Cyriaque Mounkoro destacó que frente a la persecución de los
extremistas musulmanes, como Boko Haram, los católicos responden con su
testimonio de amor y confianza en la oración.
En
diálogo con ACI Prensa, el P. Mounkoro, nacido en Mali y que también desarrolló
su labor ministerial en Nigeria, dijo que “resumo la fe y el papel de los
católicos en un canto que en inglés dice ‘they will know we are
christians by our love’, nos conocerán que somos cristianos por
nuestro amor, por la calidad de nuestro amor”.
“Los
católicos en Mali creen que con la calidad de nuestro estilo de vida de amor,
de tolerancia y de perdón, podremos convertir y cambiar los corazones de estos
extremistas”, señaló.
El
P. Mounkoro participa del 18 al 22 de febrero en la tercera edición de la Noche
de los Testigos, evento organizado por la fundación pontificia Ayuda a la
Iglesia Necesitada (ACN) en México, en un esfuerzo por difundir “testimonios de
la iglesia necesitada y perseguida”.
La
Noche de los Testigos llega este año a Ciudad de México y a los estados
mexicanos de Jalisco, Aguascalientes y Estado de México.
El
sacerdote africano indicó que en Mali el número de musulmanes alcanza el 94%,
mientras que los católicos suman el 3% de la población.
En
ese contexto, lamentó, “hay extremistas entre los musulmanes que piensan que
todos deben ser musulmanes. Frente a los católicos, los cristianos, aquellos
que rechazan ser parte de la religión musulmana, lo que hacen los musulmanes
extremistas es matar”.
“Eso
crea un conflicto terrible, que divide la sociedad en mi país, que
también impide el desarrollo integral humano, educativo, económico, político”,
dijo.
El
P. Mounkoro señaló que “cuando yo me convierto por la fuerza no es una
conversión libre, auténtica. Yo no vivo libre, no vivo contento, estable
interiormente, porque me forzaron a convertirme. Hay personas que se encuentran
en esta situación y la mejor manera de no morir es aceptar. Lo hacen, pero
cuando se encuentran en el lugar donde hay la posibilidad de regresar a su fe,
lo hacen”.
Sin
embargo, la persecución y matanzas no han cesado. “Los extremistas llegan en
un pueblo de noche, por sorpresa, y matan y queman todo lo que se mueve”,
dijo, y amenazan con que seguirán actuando así hasta que todos “se conviertan y
sean musulmanes”.
La
violencia, añadió, alcanza también a aquellos musulmanes “que son abiertos, que
no creen en la sharia. La sharia, en la religión musulmana, es decir que si yo
mato a una persona que no es musulmana, que rechazó ser musulmana, es una acto
de santidad, es un acto bueno que me lleva inmediatamente al cielo. Esa es la
sharia, la ley de matar a todo el que no quiere convertirse a la religión
musulmana”.
“Hay
musulmanes que no creen en esta sharia, que practican la convivencia con los
demás”, y a estos “los extremistas los matan también”.
El
sacerdote precisó que Boko Haram, que ha jurado lealtad a los terroristas del
Estado Islámico, “es un grupo pequeño, pero tiene peso porque es un grupo
muy violento”.
Sin
embargo, dijo, no todos los musulmanes son extremistas. “La población no debe
ver a todos los musulmanes como malas personas, hay musulmanes que son
extraordinarios”, dijo.
Más
adelante, el sacerdote señaló que la Iglesia sospecha que Boko Haram recibe
“una contribución extranjera”, pues “tiene armas que la policía y los demás no
tienen, armas muy fuertes. ¿De dónde sacan estas armas? Las sacan de algún
lugar, hay alguien que los está ayudando”.
El
P. Mounkoro destacó luego que “la única cosa que ayuda a los malienses y a
los cristianos que viven en el norte de Nigeria es la oración. Es algo que
puede parecer ligero para alguien que no tiene fe, pero es la única cosa,
porque yo he visto la experiencia en Nigeria y en mi país”.
El
sacerdote señaló que la Iglesia en Mali ha construido un centro, llamado IFIC,
Instituto de Formación Islamo-Cristiana, “donde musulmanes y cristianos vienen
a aprender sobre la fe cristiana y sobre la fe musulmana, para poder vivir
juntos y apoyarse”.
“La
peor pobreza es la ignorancia. Cuando soy ignorante es difícil entender,
comprender a los demás”, dijo el sacerdote. “Y la ignorancia está causando
división y guerra en África. Entonces, la Iglesia Católica en mi país tiene
este centro para formar a la población y vivir en armonía”.
El
P. Mounkoro subrayó que “somos hijos del mismo Dios que es amor, que quiere que
todos los seres humanos vivan en paz y felices”.
Para
el sacerdote africano, el mensaje para los católicos tanto en países donde son
mayoría o minoría “es el mismo”, y es “el mensaje del amor, que no
debemos responder violencia con violencia, insultos por insultos. Debemos
hacer la diferencia”.