PASIÓN POR
LA MISIÓN
El próximo 17 de abril, IV Domingo de Pascua, se
nos invita a contemplar dos dimensiones de una misma realidad, como es la
vocación. La Conferencia Episcopal Española ha acordado que en ese domingo “del
Buen Pastor”, en el que tiene lugar la Jornada Mundial de Oración por las
Vocaciones, se celebre también la Jornada de Vocaciones Nativas, de la que es
responsable la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol.
Las dos Jornadas se
iluminan mutuamente, hasta el punto de que la una ayuda a entender mejor la
profundidad de la otra. Al final, como es natural, son válidas para ambas las
palabras que el papa Francisco ha dirigido a todos con ocasión de esta Jornada
Mundial, resaltando la eclesialidad de la llamada del Señor: la vocación, nos
dice, “nace en la Iglesia”, “crece en la Iglesia” y “está sostenida por la
Iglesia”.
Cuidar de las vocaciones al sacerdocio y a la
vida consagrada, rezar por ellas, ayudarlas, es, efectivamente, responsabilidad
de todos. Un compromiso que cobra un cariz especial cuando pensamos en las
dificultades materiales añadidas que esas vocaciones tienen que sortear tantas
veces en los territorios de misión.
Llama la atención, especialmente, el lema común
escogido para esta “doble” Jornada: “Te mira con pasión”. Como puede verse en
el cartel correspondiente, se juega aquí con un —también— doble sentido, en el
que las dos últimas palabras se transforman en una sola, “com-pasión”, que nos sumerge
inmediatamente en el Año de la Misericordia que estamos viviendo. “Toda
vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús”, dice
Francisco; una mirada misericordiosa que, a su vez, transforma la mirada de
quien la experimenta, hasta hacer de las dos una sola, como en el logotipo de
este Año Jubilar, en que se funden los ojos de Jesús y de la persona que lleva
a hombros. Eso explica por qué, como afirmó el Santo Padre en su viaje a Cuba
del año pasado, “la mirada de Jesús genera una actividad misionera”.
Y es que, precisamente en este punto, en torno a
la mirada de Jesús, comprendemos la relación entre “misión”, “pasión” y
“compasión”. Lo ha explicado en otro momento el papa Francisco: “La misión,
además de ser una pasión por Jesús, es una pasión por su pueblo. Dejémonos
mirar por Jesús, pero aprendamos también a mirar como Jesús. Una mirada de
ternura, de comprensión y de misericordia que nos lleve a tocar las llagas del
Señor en la carne de nuestros hermanos necesitados” (Mensaje, 10-10-2015).
Oremos al Dueño de la mies para que envíe obreros a su Iglesia, también a la
que va naciendo y consolidándose en los ámbitos geográficos de la misión. Y que
los jóvenes que en esas comunidades nacientes experimentan la mirada y la
llamada de Jesús para ser sacerdotes, religiosos o religiosas cuenten con
nuestra ayuda espiritual y económica, en esta Jornada y en todo momento.
Fuente:
Rafael Santos/OMP