El Papa Francisco se lo decía a los obispos del Congo: “Doy gracias a Dios por las numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas que florecen en vuestras diócesis”
Desde que llegaran los primeros
misioneros, los Padres Blancos, mucho ha crecido la Iglesia en la República
Democrática del Congo. Hoy es el país africano con el mayor número de
católicos, nada menos que 41 millones, y también, en proporción al crecimiento
de la Iglesia, el que tiene mayor número de seminaristas y seminarios. Son 25,
los seminarios mayores, con 1.600 seminaristas cercanos a su ordenación, y 35
los seminarios propedéuticos.
Estos últimos están pensados para que los
adolescentes mejoren espiritual e intelectualmente, de cara a su ingreso en el
seminario mayor, y vean si realmente Dios les llama a ser sacerdotes.
Luego están los muchos seminarios menores del país, y los chicos que se preparan en sus propias parroquias, como en una especie de “seminario de campaña”, antes de dar el paso a un seminario propedéutico. Se puede decir que es el país de los “cien seminarios”.
Luego están los muchos seminarios menores del país, y los chicos que se preparan en sus propias parroquias, como en una especie de “seminario de campaña”, antes de dar el paso a un seminario propedéutico. Se puede decir que es el país de los “cien seminarios”.
La Obra de San Pedro Apóstol a favor de
las vocaciones nativas en países de misión tiene la responsabilidad de buscar
ayudas para estos seminarios. Como parte de las Obras Misionales Pontificias,
encauza la generosidad de los fieles de todo el mundo para que “ninguna
vocación se pierda por falta de medios”. Sobre todo, si son tan necesarias como
en este país donde cada año hay medio millón de bautismos, doscientos mil de
ellos de adultos.
Con una población católica como la de
España, sólo cuentan con 3.200 sacerdotes diocesanos. En España, esta cifra es
de 17.000. Por eso, más que nunca es necesario apoyar las vocaciones en el
Congo. La Obra de San Pedro Apóstol ha enviado este último año más de un millón
de euros a este fin. Nada menos que 1.338.350 euros. Una cantidad grande pero
que apenas suponen 500 euros por seminarista y año.
El Papa Francisco se lo decía a los
obispos del Congo: “Doy gracias a Dios por las numerosas vocaciones
sacerdotales y religiosas que florecen en vuestras diócesis”, pero también
comprendía, que “algunas diócesis experimentan grandes dificultades a causa de
la insuficiencia de los recursos materiales y financieros locales disponibles”.
Les animaba a intentar lograr la autosuficiencia, aun contando con la
solidaridad de toda la Iglesia, expresada por cauces como la Obra de San Pedro
Apóstol. De manera que todo se tradujera “en la promoción del espíritu
misionero, ante todo en África. Os dirijo de buen grado el llamamiento solemne
de mi predecesor, el beato Pablo VI en Kampala: «Vosotros, los africanos, sois
ya los misioneros de vosotros mismos»”.
Fuente: OMPRESS