Según informó el sitio web de la iglesia en Tierra Santa, en la zona hay 30 congregaciones, órdenes religiosas y sociedades de vida apostólica de varones y 72 en la rama femenina. También hay otros 20 institutos de vida consagrada
La
vitalidad y la riqueza que aportan los religiosos hace que la Iglesia se mantenga
viva en Tierra
Santa, el lugar donde según la tradición nació, vivió, murió y resucitó
Jesucristo; y que acoge a una gran cantidad de peregrinos cada año.
Así
lo indicó el P. Marco Riva, superior de los guanelianos en Nazaret, durante el
encuentro de religiosos, religiosas y consagrados que se realizó el pasado 3 de
mayo en el Instituto Pontificio Notre Dame de Jerusalén.
“Tierra
Santa es una tierra que goza de la presencia de una variedad carismática
realmente notable. Es un don que se le hace a la Iglesia de Jerusalén”, dijo el
presbítero a Christian
Media Center.
“Una
presencia que se manifiesta también y sobre todo a través de una vitalidad, una
novedad que el Espíritu trae a esta tierra, una novedad y una variedad que
suscita continuamente una nueva expresión de la misión de la Iglesia, que da
vitalidad a la misión de la Iglesia y esto me parece muy importante”, expresó.
En
el encuentro también estuvo presente el Secretario de la Congregación para los
Institutos de Vida consagrada
y las Sociedades de Vida Apostólica, Mons. José Rodríguez Carballo.
El
Prelado indicó que el llamado de los religiosos y consagrados es a “ser
profetas en esta tierra” viviendo una “vida comunitaria para poder decir a los
árabes, israelíes y tantos otros que vienen aquí que es posible vivir unidos
aunque cada uno sea diferente”.
Mons.
Carballo expresó su satisfacción ante la labor de los religiosos tras escuchar
cinco testimonios sobre su trabajo pastoral como la acogida a los
discapacitados, acompañamiento a enfermos en fase terminal, visita a las
cárceles, atención a migrantes y refugiados, y de brindar educación a los
niños.
“Continúen
habitando las fronteras. ¡Salgan! Menos referencialidad y más misión, sobre
todo en las periferias”, señaló.
“Estos
son nuestros lugares, por ello habitamos las fronteras llevando siempre el amor
de Cristo. Porque el otro, sobre todo si es pobre, como nos recuerda tantas
veces el Papa Francisco, es la carne de Cristo: Nosotros, abrazando al otro, al
pobre, estamos abrazando a Cristo”, subrayó.
En
ese sentido, el Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida
consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica recordó el abrazo que le dio San
Francisco a un leproso.
“Ese
abrazo, probablemente, no cambió la vida del leproso pero cambió el corazón de
Francisco. A partir de ese momento mira con esperanza y habita las fronteras o
las periferias de la vida humana”, manifestó.
Según
informó el sitio web de la iglesia en Tierra Santa, en la zona hay 30 congregaciones,
órdenes religiosas y sociedades de vida apostólica de varones y 72 en la rama
femenina. También hay otros 20 institutos
de vida consagrada.
Entre
las congregaciones se encuentran los franciscanos, que son los custodios de los
lugares santos; los benedictinos, los jesuitas, los pasionistas, los
salesianos, las hermanas clarisas, las hermanas de la caridad, las carmelitas y
las mercedarias.
Fuente:
ACI Prensa