En septiembre de 2016, el Obispo de Nebbi, Mons. Sanctus Wanok, me ofreció un centro para ser utilizado como internado para sordos. En un día, un sueño lejano mío, que parecía imposible, se convirtió en realidad”
Rannah Evetts con los niños de la Escuela para Sordos San Francisco de Sales |
Rannah
Evetts es fundadora y directora de la Escuela para
Sordos San Francisco de Sales en Kampala (Uganda), una iniciativa que
nació en 2016, dos años después de su conversión y bautismo en la Iglesia
Católica.
Esta
escuela católica tiene como objetivo promover la educación y el bienestar de
las personas sordas en la región al oeste del río Nilo. A sus estudiantes se
les enseñanza en lenguaje de señas y, sobre todo, se vela por su crecimiento
espiritual.
En
Uganda las personas sordas son a menudo aisladas, despreciadas y privadas
de sus derechos. Además están más expuestas a sufrir una violación o ser
maltratadas. A menudo se les considera incapaces, malditas y muchos padres aún
piensan que es una pérdida de dinero enviarlas al colegio.
En
ese sentido, la pasión de Rannah por atender a los necesitados comenzó cuando
era adolescente y asistía a trabajos sociales en la escuela secundaria Canyon,
ubicada en un pequeño pueblo de Texas (Estados Unidos). Un día se le presentó
la oportunidad de servir en África, algo que había soñado desde hacía un
tiempo.
“Dios
me llevó a una escuela para sordos en Kampala (Uganda), donde pasaría los
siguientes siete meses. Mi primer día en la escuela también fue el primer día
de una chica dos años menor que yo, que nunca había aprendido un lenguaje para
expresarse”.
“Esto
me golpeó duro y nunca me abandonó. El darme cuenta de que ella nunca había
leído o escuchado los Evangelios o no le habían contado sobre el amor infinito
de Dios hacia ella; estar aislada de la familia y la sociedad, incapaz de
expresar emociones, pensamientos, opiniones o perseguir sus sueños en la vida,
me entristeció con un anhelo del corazón para ayudar a cambiar esas
circunstancias”, expresó a través de su sitio web.
Antes
de regresar a Estados Unidos, el rector de la escuela le dijo: “Creo que Dios
te quiere aquí”.
“Gracias
a Dios que tenía razón. En septiembre de 2016, el Obispo de Nebbi, Mons.
Sanctus Wanok, me ofreció un centro para ser utilizado como internado para
sordos. En un día, un sueño lejano mío, que parecía imposible, se convirtió en
realidad”, sostuvo Rannah.
Finalmente,
la joven afirmó que lo que busca es “levantar, aunque sea un poco, la opresión
que se ejerce sobre los sordos”.
“Espero
verlos persiguiendo sus sueños de convertirse en agricultores, maestros, dueños
de negocios y madres y padres. Espero ayudar a guiar a nuestros estudiantes en
el camino a la santidad y a Cristo. Sea lo que sea, puede ser todo por la
Gloria de Dios”, concluyó.
Fuente:
ACI