Los obispos señalaron que, aunque hace dos años los militares anunciaron que se había logrado contener al grupo terrorista musulmán Boko Haram, su “alegría duró poco ya que la situación ha ido empeorando progresivamente”
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“Oscuras nubes de violencia envuelven nuestra tierra. Nuestro país está en las firmes garras de la parca (la muerte). En los últimos años, los perpetradores de esta violencia se han apoderado de la tierra y han puesto a nuestras fuerzas de seguridad a la defensiva”, indicaron los obispos católicos de la provincia de Kaduna a ACN.
Los obispos señalaron que, aunque hace dos
años los militares anunciaron que se había logrado contener al grupo terrorista
musulmán Boko Haram, su “alegría duró poco ya que la situación ha ido
empeorando progresivamente”.
“Hoy en día, casi todos los estados del
norte están en manos de estos perpetradores de violencia y muerte. En los
últimos tres años, hemos sido testigos de incesantes ataques y saqueos de
comunidades enteras por parte de bandidos en estados como Benue, Kebbi,
Plateau, Kaduna, Katsina, Nasarawa, Níger, Sokoto y Zamfara. Miles de vidas se
han perdido por estos bandidos que operan con implacable desenfreno”,
comentaron.
“Los estragos de Boko Haram, de los
pastores de ganado, los secuestradores y los bandidos nos han convertido a
todos en víctimas”, añadieron.
ACN presentó el testimonio del P. Sam
Ebute, un misionero y promotor de vocaciones de la Sociedad de Misiones
Africanas (SMA) con sede en Kagoro, que recientemente tuvo que enterrar a 21 de
sus feligreses asesinados.
“Ocurrió alrededor de las 23:20 horas del
21 de julio en la aldea de Kukum Daji, a unos diez minutos en coche de Kagoro.
La comunidad celebraba un encuentro de jóvenes cuando, de repente, escucharon
disparos y ruidos de hombres gritando. Supieron de inmediato de qué se trataba,
porque allí se repitió lo que ya habían visto suceder en Agwala, Doka, Kaura y
Zangon Kataf”, dijo a ACN.
El presbítero explicó que “en menos de dos
horas, los bandidos asesinaron a 17 jóvenes, la mayoría chicas, mientras que
otras cuatro personas murieron de camino al hospital o en el hospital, sumando
un total de 21”.
“Otros 30 resultaron gravemente heridos y
tuvieron que ser atendidos en los hospitales de Kafanchan y Kaduna”, lamentó.
El sacerdote contó que durante cuatro años,
desde que lo ordenaron en 2016, ha venido enterrando a sus fieles.
“En 2017, tuve que enterrar a una mujer que
había sido asesinada junto con sus cuatro hijos por la noche. En 2018, en la
parroquia de Tsonje también tuvieron que enterrar a cuatro personas que
fueron asesinadas. En 2019, en Zunruk, siete jóvenes fueron asesinados a plena
luz del día mientras jugaban al fútbol”, relató.
“Durante las últimas siete semanas, hemos
estado enterrando a nuestros feligreses sin vislumbrar un final. Estos últimos
ataques nos han dejado a todos atemorizados, y especialmente con miedo a lo
desconocido, porque no sabemos cuándo ocurrirán las próximas rondas de ataques
y qué las desencadenará. No podemos practicar nuestra fe en paz. No confiamos
en la seguridad de nuestros hogares”, añadió el misionero.
A pesar de la situación, el presbítero
reconoció que también es complicada para él esta situación de inseguridad que
se vive a diario.
“No obstante, debes estar a su disposición
para consolarlos, rezar por ellos y animarlos a conservar su fe en Dios y a
mantenerse firmes. Ofrecemos apoyo espiritual, moral y material lo mejor que
podemos”, explicó a ACN.
En su declaración, los obispos criticaron
que “la población del sur de Kaduna, en su dolor, se siente abandonada por su
gobernador”.
En ese misma línea, el P. Ebute critica que
el “Gobierno no tome medidas decisivas para frenar la amenaza”. “Eso es lo más
devastador y frustrante”, aseguró.
“Otra cosa que es difícil es predicar el
perdón, la reconciliación, la paz y el amor a personas cuyos medios de vida les
han sido arrebatados, cuya prosperidad disminuye y es destruida como resultado
de estos ataques. En esta situación, me consuela el hecho de que Dios no está
muerto y que nos está viendo. Su tiempo llegará. Él nos ha dicho en el Salmo
46, 10 que confiemos en Él. La sangre de estos mártires no será en vano”,
concluyó.
En agosto de este año, los obispos de
Nigeria anunciaron un período de oración
de 40 días para pedirle a Dios el fin de la crisis de seguridad, que fue
calificada con anterioridad como un “genocidio”.
Fuente: ACI Prensa