El pregonero pronunció su discurso junto a la copa ganada en la Basketball Champions League que se exhibió en la catedral, como “una joya dentro de un joyero incomparable”, según describió Sancho. El presidente del San Pablo Burgos agradeció a “las Obras Misionales Pontificias, por el privilegio que supone poder nombrar y exaltar la figura de las misiones y la labor que llevan a cabo alrededor de todo el mundo, más si cabe en los convulsos tiempos que vivimos”.
También el
equipo que preside va “de país en país intentando conseguir una victoria y
generando un poco de ilusión, pero en nada nos podemos comparar con esos
misioneros que están ayudando a otras personas y que abandonan todo, su vida,
sus cosas, por ir a otros países, a otras civilizaciones casi, y empezar de
cero y ayudar a la gente”. Comparando siempre el equipo de baloncesto con los
misioneros dijo: “Nosotros intentamos dar ese punto de alegría de otra manera,
pero nada que ver con el gran esfuerzo que hacen los misioneros”.
Sancho
afirmó ser creyente, pero añadió que todos “debemos ser sinceros, y reconocer y
admirar profundamente a todos los que en su día pusieron a disposición de Dios
y de la Iglesia, aquellos que un día dijeron “Aquí estoy, envíame” y que se
dedican en cuerpo y alma a las misiones. Siento una profunda admiración por
todas aquellas personas que un día decidieron salir de la comodidad de sus
casas para aterrizar en los lugares en los que la necesidad es más notable, con
el único y noble objetivo de ayudar al prójimo. Yo creo que esta acción es la
acción más generosa que puede hacer cualquier ser humano”.
En
estos tiempos complicados, el presidente del SP Burgos dijo que “la pandemia
nos ha puesto al límite de nuestras fuerzas atacando a familiares y amigos,
mateniéndonos separados de nuestros seres queridos e impidiendo celebrar con
ellos”, por eso “debemos acordarnos de aquellas personas que dedican su tiempo
y su esfuerzo a hacer del mundo un lugar a mejor. Los misioneros y misioneras
sin duda los más altruistas de todos ellos”.
El equipo de los misioneros
El
director nacional de OMP dijo “don Félix es el presidente de un gran equipo que
es el campeón de la Basketball Champions League,
yo tengo la suerte de estar también en un buen equipo, que es el equipo de los
misioneros que son campeones en amor, en entrega, en espíritu de servicio, en
espíritu de sacrificio y por eso me siento muy unido a don Félix”.
Por
su parte, monseñor Herráez arzobispo emérito de Burgos, dijo refiriéndose a la
elección del pregonero de este año que “es estupendo unir fe y vida concreta,
creo que es lo que tenemos que ir haciendo siempre”. El obispo definió como una
“forma bella y original” que el pregón del Domund haya unido al equipo de
baloncesto ganador de Europa, con el Domund.
El
prelado subrayó que “a través de este pregón anunciamos el Domund, una realidad
muy importante que nos une. No puede entenderse la vida cristiana sin la
dimensión de universalidad, sin la dimensión del Domund, sin estar abierto a
todos y saber que este anuncio que nos hizo Jesucristo es para todos y que esto
lo han tomado muy en serio tantos miles de mujeres y de hombres a lo largo de
nuestra historia”.
“El
Domund es una realidad muy importante para los cristianos y por el bien que se
hace a la sociedad, anunciando una forma de vida que es la forma de vida de
Jesucristo, que nos hace mejores, nos hace más felices a todos. Este pregón ha
sido una realidad muy importante. Cuantos millones de hermanos y hermanas
nuestras se ven beneficiados de esta realidad, del anuncio de Jesucristo con
palabras y con obras, con realidad concretas”, afirmó monseñor Fidel Herráez.
Fuente: Obras Misionales Pontificias