Monjas Chinas. Dominio público |
Según informa la revista Bitter Winter, dedicada a la libertad religiosa y los derechos humanos en China, las religiosas soportaban la constante vigilancia hasta que les quitaron la cruz principal del convento. “La cruz es un símbolo de salvación.
“Los policías nos declararon ‘personas
peligrosas’ y repetidamente nos acosaban. Nos pidieron escribir lo que habíamos
hecho en la vida desde el kínder y nos exigieron revelar todo lo que hemos
hecho en los últimos meses. Incluso querían que recordáramos los números de las
placas (licencias) de los autos en los que habíamos estado en nuestros viajes”,
relató.
Cuatro
cámaras de seguridad fueron instaladas en el convento y se planeaba colocar
otras más en el comedor, la cocina y la lavandería, pero las religiosas
pudieron evitar esto.
Una
de las monjas contó que “tres personas, un policía y dos oficiales locales,
fueron asignados para observarnos. Con frecuencia ingresaban al convento para
preguntar sobre nuestras actividades, a veces por las noches. El gobierno
incluso contrató a algunos rufianes para acosarnos. Llegaban a entrar hasta en
la cocina para molestar y actuar lascivamente, pidiéndonos que comiéramos con
ellos”.
Los
católicos en China sufren constante persecución. Las presiones y ataques se
incrementaron desde antes de la reciente renovación del acuerdo del Vaticano
con el régimen chino para la designación de obispos, el pasado mes de octubre.
El
13 de septiembre, una iglesia católica en la ciudad de Shnezhou en la provincia
de Hebei, fue cerrada por rechazar unirse a la Asociación Católica Patriótica
China (ACPC), la rama del gobierno dedicada al control de la Iglesia Católica
en el país.
“El Partido Comunista está ejerciendo una
represión religiosa que es incluso más severa que en el tiempo de la revolución
cultural” de Mao Tse Tung en las décadas de 1960 y 1970, dijo un miembro de la
comunidad local.
Otra iglesia en la localidad de Yotong, en
el distrito de Luancheng, también en la provincia de Hebei, fue cerrada en
septiembre también por rechazar unirse a la ACPC. Si nos unimos a la ACPC
seremos totalmente controlados por el Partido Comunista, seremos arrancados de
Dios. ¡No nos rendiremos!”, dijo un fiel local.
Un templo en Shijiazhuang fue cerrado en
mayo y también se quiso obligar al sacerdote a cargo a unirse a la ACPC. El
presbítero se opuso, escapó y ahora hace algunas celebraciones en secreto.
Fuente: ACI