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12 de noviembre de 2020

«SITUACIÓN DRAMÁTICA» EN MOZAMBIQUE: MÁS DE 50 CIVILES DECAPITADOS EN TRES DÍAS

Los últimos ataques de grupos islamistas en Cabo Delgado, en represalia por las operaciones de los cuerpos de seguridad, han hecho llegar 13.000 nuevos desplazados internos a Pemba, la capital provincial

Foto: Institute for Global  Change
El agravamiento durante el último mes del conflicto en Cabo Delgado (norte de Mozambique) ha llevado a «una situación dramática» que alcanza ya «proporciones absurdas». Lo denunciaba la semana pasada monseñor Luiz Fernando Lisboa, obispo de Pemba, la capital provincial. 

Aludía a la decapitación a finales de octubre de 20 personas (15 de ellas adolescentes) cuyos cuerpos habían sido hallados en los bosques del distrito de Muidumbe.
Este lunes se supo que la situación ha continuado empeorando. Las autoridades cifraron en más de 50 los civiles decapitados en distintos ataques solo durante los últimos tres días, informa Europa Press. El comandante general de la Policía mozambiqueña, Bernardino Rafael, indicó que los yihadistas atacaron varias aldeas en los distritos de Muidumbe y Macomia, donde además secuestraron a mujeres y niños.

«Quemaron casas y fueron detrás de la población que huyó hacia los bosques, tras lo que empezaron con acciones macabras», manifestó. Testigos citados por los medios locales han indicado que los milicianos llevaron a los residentes a un campo de fútbol en la localidad de Muatide y procedieron a su ejecución.

Represalias por las operaciones del Gobierno

Los ataques parecen una represalia después de que a finales de la semana pasada las fuerzas de seguridad mozambiqueñas mataran a más de 30 supuestos terroristas en operaciones en la provincia, especialmente en el distrito de Palma, tal y como informó el portal de noticias Carta de Mozambique. Por el momento se desconoce a qué grupo pertenecen los muertos. Se sospecha de Estado Islámico en África Central (ISCA), que ha incrementado sus ataques en la zona, incluido la anterior oleada de decapitaciones.

También ese ataque se produjo después de una incursión de las fuerzas de seguridad contra Base Siria, como se conoce al principal núcleo terrorista de la zona, situado en Mocímboa da Praia. Como recuerda la publicación Mondo e missione, esta ciudad fue tomada en agosto por los islamistas, que prendieron fuego a la iglesia local, un instituto, el hospital comarcal y decenas de casas, negocios y coches. También secuestraron durante 24 días a dos religiosas brasileñas de las Hermanas de San José de Chambéry. 

Un millón de afectados

Los primeros ataques terroristas en la región comenzaron en 2017, a mano de un grupo islamista al que popularmente se conoce como Al Shabaab pero que no estaría vinculado con el grupo del mismo nombre que opera en Somalia y está ligado a Al Qaeda. Además, el Estado Islámico anunció en 2019 la creación de ISCA, especialmente activo durante este año.

Ya se alcanzado un millar de muertos, y un millón de afectados. Entre 350.000 y 400.000 personas se han visto obligadas a huir a otras zonas, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Esta misma entidad estima en 13.000 personas las llegadas a Pemba en las últimas tres semanas; entre ellas, 5.900 niños. Ante esta realidad, la Iglesia «nunca puede quedarse callada», sería «un grave pecado de omisión», aseguró monseñor Lisboa por videoconferencia durante un coloquio organizado en la ciudad portuguesa de Coimbra y recogido por la agencia de la Conferencia Episcopal Portuguesa, Ecclesia.

Cáritas Portuguesa está ayudando a 970 familias desplazadas a las que el Gobierno local ha entregado un terreno para que lo cultiven. Además, junto con Cáritas Española y en colaboración con Cáritas diocesana de Pemba va a iniciar un nuevo proyecto para distribuir alimentos a las familias afectadas por el conflicto en los distritos de Ancuabe, Chiure y Namuno; reparto de semillas y herramientas, de materiales de costura y de carpintería, y apoyo psicosocial.
 
Fuente: Alfa y Omega