Hermana Lorayne Caroline Tinti. Dominio público |
La
hermana Lorayne de 33 años, que pertenece desde hace 15 años a la Congregación
de las Hermanas de Nuestra Señora de la Resurrección en Catanduva (Brasil),
ganó el trofeo de esta semana tras preparar dos platos que nunca había
elaborado: un tiramisú y un stroganoff de camarones.
“Ya
había comido tiramisú, me lo presentaron el año pasado, pero no recordaba cómo
era. Rafaela me ayudó con la receta y pidió la intercesión de todos los santos
(...). Era Dios hablándome, toma esto, toma aquello y así lo hice”, dijo la
hermana Lorayne al sitio web de MasterChef Brasil.
Durante la preparación del stroganoff, la
religiosa dijo que tuvo una “sorpresa” cuando un miembro del jurado, el chef
Érick Jacquin, fue a su banco y encontró “un camarón sucio”. “Fue entonces
cuando rehice todos los demás. Vino del cielo para ayudarme en ese momento”,
señaló.
La
hermana Lorayne dijo que aprendió a cocinar en su hogar cuando tenía “unos 9 o
10 años” gracias a su abuela. “Mi mamá y mi tía también cocinaban siempre. Los
almuerzos de los domingos eran festivos y prolijos en casa”, recordó.
Sin
embargo, en el convento mejoró este don cuando empezó a cocinar para unas 20
religiosas. “Las actividades y tareas del hogar están todas divididas, incluida
la preparación de comidas. Galinhada, lasaña, crema de maíz y ‘Frango com
molho’ son los platos más famosos. Fue allí también donde acabé conociendo los
alimentos más exquisitos como los poros y los camarones”.
Sor Lorayne decidió entrar en el convento
siendo adolescente y dijo que empezó a tener más contacto con las religiosas en
la escuela. “Allí estaban muy presentes y eso crecía dentro de mí como una
pequeña semilla. Siempre pensé que sus vidas eran realmente geniales”, dijo.
A los 17 años, cuando cursaba el tercer año
de secundaria, Lorayne siguió su llamado vocacional y luego, a los 24 años,
profesó sus votos. “Aunque me gustó, nunca antes había pensado en ser
religioso. Pero cuando una hermana recién llegada me invitó a un encuentro
vocacional, me enamoré. Sentí mucha paz y tranquilidad en ese encuentro”,
recordó la joven religiosa.
Para la hermana Lorayne, participar en el
programa de televisión es también un testimonio. “Como la gente no nos conoce,
muchos piensan que solo tenemos prohibiciones, pero también estamos pasando por
transformaciones y cambios. Sí, la vida religiosa puede estar en todas partes;
la combinación de la gastronomía con la iglesia es muy real”, dijo y destacó
que “en los pasajes bíblicos Jesús compartía el pan e iba a las bodas”.
“Estar en Master Chef es demostrar que
también comemos, cocinamos y somos parte del contexto tecnológico”, subrayó.
Al recibir el trofeo ganador de MasterChef,
la hermana Lorayne dijo que tenía presente con ella a mucha gente. “Cada una de
las mujeres que han pasado por mi vida y también todo el trabajo que he hecho”
y las muchas personas y culturas que he podido conocer, dijo.
“Todos los misioneros, todos los que hacen
el bien están aquí conmigo, los que aman cocinar. Tenemos una obra social y en
esta obra social tratamos de enseñar a los niños y adolescentes que la
gastronomía es una forma de que tengas dignidad por el resto de tu vida y que
sea un trabajo, pero un trabajo con amor”, concluyó.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez.
Publicado originalmente en ACI Digital.
Fuente: ACI