Esta religiosa sierraleonesa es ejemplo de que la semilla plantada por las Misioneras Clarisas está teniendo muchos frutos
Sierra
Leona ha sido uno de los países que más ha sufrido durante las últimas décadas.
La guerra civil que vivió el país entre 1991 y 2001 dejó cientos de miles de
muertos. Más recientemente, el país también sufrió una epidemia de ébola que
provocó la muerte de miles de personas.
Pero a pesar del peligro la Iglesia
Católica ha estado siempre presente con los habitantes de de este país
africano.
Su
importancia en el ámbito espiritual es incuestionable pero a ello habría que
sumar su clave labor en el ámbito social con numerosas escuelas, centros de
formación, hospitales y dispensarios.
Este es por ejemplo el trabajo que
realizan las hermanas Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, que
llegaron a este país en 1960.
Estas religiosas hoy continúan esta
labor que no ha sido fácil, pues han tenido que luchar contra una mentalidad en
la que no se concebía que la mujer fuese a la escuela.
“Caminaban
de casa en casa, hablando con los padres. Trataban de convencerles contándoles
que si sus hijas iban a la escuela, esto traería un gran beneficio y desarrollo
para la región”, cuenta la hermana Mary Colum Tarawali, una religiosa natural
de Sierra Leona, que entró en la congregación cuando conoció a las hermanas
durante su formación académica.
Se hizo monja al conocer
a una de ellas
“Cuando yo era aún niña, una hermana llamada
Mary Colum fue la primera persona que vino a visitar nuestra casa. Ella me
invitó después a hacer una experiencia como religiosa. Después de conocerla a
ella, me solían llamar ‘hermana’. Incluso en mi familia, me empezaron a llamar
‘hermana’”.
Mary
Colum cuenta que lo que le llamó la atención de las religiosas fue el sacrificio
que hacen por los demás. “Se sacrifican mucho por el pueblo. Trabajan en
escuelas, con personas diferentes, con los niños, los enfermos.” Al ver todo
eso dijo: “Quiero ser una hermana.”
Dar
el paso no fue fácil, sobre todo por la vida de oración, “Al principio fue muy
difícil para mí. Porque el carisma de las hermanas está basado en Jesucristo en
el Santísimo Sacramento. Hacen adoración todos los días. Vamos a la capilla,
nos arrodillamos frente al Santísimo Sacramento. A veces no sabemos lo que estamos
haciendo. Simplemente nos quedamos frente al Santísimo Sacramento,
mirando". Poco a poco la hermana Mary Colum empezó a descubrir un gran
tesoro en la oración: “Y ahora me siento bendecida, sí, sé que Dios realmente
me llamó para ser una hermana. No lo lamento en absoluto.”
Catequesis, casas de
retiro, pastoral en las parroquias
Las
escuelas de las Misioneras Clarisas en Sierra Leona tienen una media de 3.000
alumnas, entre niñas y mujeres. También tienen centros de formación profesional
donde se enseña a hacer telas, carpintería, cosmetología, negocios,
administración, tienen clases de computación y también hacen catering, aprenden
a cocinar, preparan diferentes tipos de platos. “Además de esto trabajamos en
la pastoral de las parroquias, damos catequesis, tenemos una casa de retiro,
tenemos una clínica, también tenemos puestos de trabajo donde acudimos”,
describe la hermana Colum con una gran sonrisa, “Las vocaciones locales están
creciendo en nuestra congregación.”
Esta
religiosa sierraleonesa es ejemplo de que la semilla plantada por las
Misioneras Clarisas está teniendo muchos frutos. Sin embargo la congregación
necesita ayuda de toda la Iglesia Universal para seguir ayudando a la gente en
Sierra Leona.
Fuente:
ReL