“La Obra Pontificia de la Infancia Misionera se basa
en el ejemplo de Cristo que ponía a los niños en el centro y trata de cuidar de
los niños para que aprendan desde su tierna edad a compartir”
Infancia
Misionera es una Obra del Papa en la que los protagonistas son los niños. Es
una escuela de fe que invita a los niños a seguir a Jesús y a anunciar su
Evangelio como misioneros y es una escuela de solidaridad que inicia a los
niños en la práctica de la caridad y solidaridad con otros niños.
La Obra Pontificia
de la Infancia Misionera, fue fundada por el obispo francés Carlos-Augusto
Forbin-Janson en 1843, tiene el honor de ser la primera iniciativa mundial de
atención a los niños.
Infancia Misionera es pionera en la defensa de la
infancia: se adelantó 80 años a la Declaración de Derechos del Niño de Ginebra
y 100 años al nacimiento de UNICEF. Desde su origen defiende la dignidad y la
aportación de los niños a la sociedad y a la Iglesia.
Roberta
Tremarelli, Secretaria general de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera,
explicaba en una entrevista a la Agencia Fides que esta obra nacía
hace 175 años pero aún tiene plena vigencia y actualidad.
En
ella se invita a los niños a que descubran la riqueza de su bautismo y la
compartan con los niños que desean recibirlo: “Los niños son nuestro presente,
más que nuestro futuro: y lo cuidamos haciéndoles experimentar la alegría, la
oración y el compartir incluso ante las dificultades. Y con un espíritu
verdaderamente universal” -explicaba la hermana Tremarelli- “me gustaría
recordar que, durante el terremoto en el centro de Italia, los niños de la
República Centroafricana, un país muy pobre, renunciaron a una comida para
ayudar a sus coetáneos afectados”.
“La
Obra Pontificia de la Infancia Misionera se basa en el ejemplo de Cristo que
ponía a los niños en el centro y trata de cuidar de los niños para que aprendan
desde su tierna edad a compartir”, explica la Hermana Tremarelli. Infancia
Misionera fue creada a mediados del siglo XIX; hoy sigue teniendo plena
actualidad “los niños no son solo receptores de atenciones; sino que se vuelven
sujetos, pueden contribuir en primera persona. De esta forma se educa al
espíritu misionero, a estar atentos a las necesidades de los demás”.
A
los 175 años de su fundación, la hermana Roberta Tremarelli recuerda que “hoy
en muchas partes del mundo la infancia es ultrajada, maltratada, explotada. La
Obra Pontificia de la Infancia Misionera recibe solicitudes de ayuda y de
subsidios de todo el mundo, la mayoría de ellos para la educación escolar. De
hecho, especialmente en África, las escuelas son pocas o están lejos de los
asentamientos humanos y los niños tienen que viajar muchas millas al día para
asistir a la escuela”.
Además
del sector educativo que es crucial, la Obra interviene en áreas como la
protección de la vida (cuidado de la salud, nutrición, acogida) y la educación
cristiana: “Todo ello para restaurar la dignidad en la vida de los niños”,
añade.
Con
este mismo espíritu el próximo domingo 28 de enero celebraremos en España la
Jornada de Jornada
de la Infancia Misioneracon el lema: “Atrévete a ser misionero” invitando a
los niños a vivir su fe y compartirla con los demás.
Fuente:
O.M.P.